Wednesday, September 16, 2009

Melancólica tras la barra de un bar la vi por primera vez, el vaso del fuerte licor mantenía su mirada extraviada en algún punto lejano. Fijos, herejes, apasionados, rebeldes, extraviados, irreverentes, amenazantes, sugestivos, extraños, pero bellos sus ojos iluminaban el bar, no había nadie que no los hubiera notado. Ella era así, tras sus pupilas se agolpaban las ideas más revolucionarias, su vanidosa personalidad la convertía en estrella donde iba. Los hombres y las mujeres solían enamorarse de ese ser luminoso que las seducía con esos marrones manantiales de infinita profundidad, hasta la languidez de su mirada ocupaba los sentidos que poseíamos, atrapaba cada uno de los ojos que revoloteaban a su alrededor....